Carlos Marín trabajaba en el Área de Reducción de CVG Alcasa como supervisor de servicio. Un fuerte dolor en el pecho alertó a su familia y lo trasladaron a varias clínicas, pero en ninguna de ellas lo recibieron. El seguro HCM de la empresa está suspendido desde hace un año, desde cuando cercenaron los beneficios contractuales a los trabajadores de las empresas básicas de Guayana.
Después de estar de clínica en clínica, sus familiares desesperados, terminaron por llevarlo a la Maternidad Negra Hipólita, en el sector 25 de Marzo en San Félix, donde finalmente falleció. Y es que dicho centro tampoco cuenta con insumos médicos, para atender a sus principales pacientes, parturientas.
“En ninguna clínica nos reciben, estamos a la buena de Dios. Mis 30 años en Alcasa los perdí con este comunismo”, dijo un trabajador de la estatal.
El pasado 20 de agosto, justo a un año de que el régimen aniquilara los contratos colectivos y tablas salariales, Rigoberto Carrero, jubilado de Ferrominera del Orinoco, afirmó: “Un jubilado sin HCM tiene que prepararse para comprar un cajón porque ya ni funeraria tenemos”, lamentó.
Rolando Muñoz, trabajador de CVG Bauxilum, cuyas prestaciones legales no llegan a 12 mil bolívares y las contractuales son poco más de 17 mil bolívares, aseguró que para sobrevivir sin HCM han tenido que retroceder 100 años. No tener dinero para comprar medicinas o ir a una clínica, es tratar de curar cualquier malestar con plantas medicinales.
Compañeros de Marín comentaron que además de acudir a las clínicas, llamaron al número de teléfono de HCM 24 horas y nadie atendió. Tampoco pudieron comunicarse con el jefe de Planes de Salud ni la gerente de Personal, nadie contestó.
Trabajadores y jubilados de las empresas básicas tampoco cuentan con el servicio de funerario. Carrero aseguró que han muerto jubilados y pensionados, y han tenido que recoger dinero entre todos para apoyar a la familia con los gastos.
El dirigente sindical de Alcasa, Henry Arias, recordó: “Son muchos los trabajadores que han muerto, tanto de los que creen en la revolución como los que no, todos nos hemos visto afectados por esto. Por eso decimos que hay que hay que defender al país, a la familia, es mejor defender el futuro que a la revolución”.