No es un día más. Es un día especial para la vida de Freddie Mercury. El cantante y líder de la banda inglesa Queen está a horas de enfrentarse a uno de sus públicos más grandes a la fecha. Es 1985. La cita es el Live Aid, el evento benéfico mundial organizado por el músico y activista Bob Geldof. Es el Wembley Stadium.
Freddie se despertó ese día como si fuera uno más en su carrera. Al menos, así se lo muestra en Bohemian Rhapsody: la historia de Freddie Mercury, la película de la que El País vio escenas en calidad de adelanto en un evento organizado el lunes por su distribuidora local, Life Films.
Para el show del Live Aid, Freddie se calzó unos blancos Adidas; se puso un jean claro; una musculosa blanca apretada y un brazalete de tachos que llevó en su bicep derecho. Para su retrato de Mercury en la película, el actor Rami Malek no solo reprodujo el atuendo del cantante, sino también sus movimientos. En su camino al escenario, el Freddie de Malek entra con una caminata confiada, carismática y viril, pero a la vez un poco afeminada.
Las cinco escenas de Bohemian Rhapsody, que fueron exhibidas junto a otros estrenos de 20th Century Fox en Uruguay, dieron un panorama de cómo la película dirigida por Bryan Singer (quien fue despedido al final del rodaje) tratará la vida de Mercury y su pasaje por Queen.
Por un lado, recreará con lujo de detalles los momentos más conocidos por el público: las grandilocuentes presentaciones de la banda en vivo, en las que Mercury mostraba no solo un gran dominio de su voz, sino también de la audiencia que solían ser masivas. En esos momentos la película parece ceder más al lenguaje del videoclip que al del cine.